Wednesday, March 16, 2005

De las imágenes poderosas/Erika Elizabeth Rodríguez

La torre de radio comunicaciones se encontraba en el techo del módulo de transmisión del Hospital General "Balbuena”. Además de los cuatro metros de altura que había desde la azotea ver aquella torre que medía veinte metros era realmente impresionante. Desde el momento en que cruzamos la reja del hospital en el “Stratus” mi vista se quedó fija en esa torre, teníamos que colocar una antena que le permitiría a la Central de Radio del Escuadrón SOS, escuchar las emergencias que surgieran de Balbuena.

Al estar ayudando al Ingeniero del hospital a colocar la antena no podía dejar de pensar en estar parada ahí en el último peldaño viendo la ciudad, sintiendo el viento y la adrenalina, al saber que sólo dependes de ti y un cinturón para no caer.

El pensar en todo esto me provocaba respeto hacia el ingeniero que estaba allá en la cima colocando la antena, pero a la vez una ansiedad por estar en su lugar. Cuando terminó el ingeniero de instalar la antena creí que la oportunidad de subir a la antena se iba esfumando pero Ernesto, Evaristo y mi amiga Raquel me preguntaron que si me quería subir y no lo pensé dos veces y dije que si.

Después de que el Ingeniero dio su autorización, se dispuso a darme unas breves lecciones de cómo se utilizaban los cinturones para sostenerte, exactamente esos que usan los técnicos de Luz y Fuerza o los empleados de Telmex, me pidió que me cambiara de ropa y mi amiga me prestó su sudadera, en ese momento con la sudadera puesta y el cinturón ajustado me encontraba lista para subir.

Después de escuchar decir a todos que no era fácil y además casi nadie se atrevía me dio un poco de miedo o más bien pensé que no era tan sencillo como yo creía y casi me retracto de hacerlo, pero creo que por esa vez ganó mi espíritu aventurero y me paré debajo de esa enorme torre.

Cuando comencé a subir me sudaban las manos, estaba muy nerviosa emanaba adrenalina. A lo lejos podía escuchar al ingeniero diciéndome que iba ascendiendo demasiado rápido y que si no me detenía a tranquilizarme podría caer, a mi amiga gritando “cuidado Erika”, pero lo que más fuerte escuchaba era mi corazón latiendo velozmente y sólo pensaba en ese momento que era lo más atrevido que no hacía hace mucho tiempo, pues siempre me han gustado las alturas, no hay nada mejor que estar viendo el panorama desde algún edificio alto o un teleférico.

Cuando logré llegar a la mitad de la antena, el ingeniero me sugirió que me quedará ahí, pero yo le respondí que no pues quería llegar hasta en final y mientras eso pasaba yo veía la ciudad desde punto y era algo que hace mucho tiempo no hacía; pues la ultima vez que vi un paisaje así fue cuando me subí con mi hermano a una torre para almacenar agua pero eso lo había hecho cuando tenía como 10 años.

Al seguir subiendo la vista era mejor, y al fin llegué hasta el punto más alto y era hora de usar el pequeño entrenamiento de hace unos minutos pero no fue tan fácil ya que hay que sujetar el cinturón a la torre con una sola mano mientras que con la otra te sostienes para no caer; al no poder sujetar el cinturón a la torre me puse muy nerviosa, entonces Ernesto me grito que lo estaba haciendo muy bien y que tratara con más calma y lo lograría. Así lo hace me calme y por fin logre sujetar el cinturón y en ese momento me dijo el Ingeniero que soltara mis manos de la torre y que me hiciera hacia atrás para que viera en paisaje.

Al cabo de 5 minutos observando, edificios, casas, montañas, infinidad de autos y a Ernesto, Evaristo el ingeniero y a mi amiga tan pequeñitos saludándome. Es una imagen muy bonita y a la vez muy fuerte que nunca se me olvidara pues por unos minutos estuve parada donde muy pocas personas lo han hecho. Además el hermoso paisaje, el viento es algo que aunque tengo bien grabado no es tan fácil de describir.

Después de tomarme una foto con el celular de Evaristo, comencé el descenso y cuando por fin llegué a la azotea de nuevo estaba inmensamente feliz de haber logrado subir. Así que regresé a Central de Radio del Escuadrón SOS muy orgullosa de mí. En mi opinión todos deberían intentar retarse, no solo para subir al algún lugar alto sino para lograr alguna cosa que siempre tengan en sus mentes.

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